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Pablo Urdangarin sorprendía hace solo unos meses hablando a la prensa de su futuro profesional como jugador de balonmano y dando declaraciones no solo sobre la influencia que tuvo la figura de su padre en su carrera sino del apoyo y del día a día con su actual novia, Johanna Zott, la cual se ha mostrado como una fan incondicional del joven durante todos sus partidos. Ahora, con la naturalidad que le caracteriza, el hijo de la infanta Cristina ha vuelto a atender amablemente a los micrófonos de Gtres en su nueva etapa como jugador del Fraikin MB Granollers y ha desgranado sus ilusiones deportivas así como algunos aspectos de su vida cotidiana.
Con una sonrisa y vestido con su nueva equipación, Pablo Urdangarin aseguraba sentirse «muy contento» en la presente temporada, para la cual ha cambiado la camiseta de su anterior equipo de balonmano, el Barça, por la del Granollers. «Este equipo me ha acogido desde el principio y tenemos muy buen ambiente», explicaba. Además, de cara al próximo partido que le pondrá frente a su anterior equipo, asegura que lo afrontará «con más ganas». «Ya sabemos qué tipo de equipo es el Barça, el mejor de la historia seguramente, y es una ilusión que cada jugador quiere: jugar contra sus excompañeros. Siempre es divertido y me hará mucha ilusión», decía.
Pablo Urdangarin como jugador del Frankin BM Granollers / Gtres
En este sentido, el hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin reconocía que fue en su etapa deportiva anterior donde su apellido real fue más objeto de críticas y donde tuvo que demostrar que sus méritos deportivos estaban por encima de cualquier otro aspecto. «El apellido, al final, yo he crecido con él. Yo vivo acostumbrado desde pequeño y no es algo que me pese. Ya el año pasado en el Barça era un poco más difícil, pero me lo quité de encima y ahora bien», indicaba.
Pablo Urdangarin junto a su padre Iñaki durante la etapa que jugó en el Barça / Gtres
Y asegurando que no se ha puesto límites en el mundo del balonmano, el nieto de Juan Carlos I aseguraba que, en este deporte, llegará «hasta donde pueda» y para ello va a trabajar sin descanso. Sin embargo, hubo dos temas personales a los que no quiso responder: los que tenían que ver directamente con el divorcio de sus padres y con el cumpleaños de su prima, la princesa Leonor, que se celebrará el próximo 31 de octubre. Para este evento, todavía no se ha confirmado al completo la lista de invitados que acompañarán a la Princesa de Asturias durante su mayoría de edad en la cena que tendrá lugar en El Pardo. Lo que sí ha trascendido es que tanto las infantas Cristina y Elena así como sus abuelos están invitados a este día tan especial.
Pablo e Irene Urdangarin / Gtres
En cuanto a aspectos de su vida más cotidiana, Juan Urdangarin aseguró que saca tiempo, literalmente, de donde puede para compaginar los estudios con el deporte. «Al final, si uno quiere, puede. Y yo vengo aquí a entrenar y hago mis estudios como cualquier otro», decía sobre la cancha de balonmano. Así mismo, aclaró que su padre, exjugador internacional de este deporte, le aconsejaba lo que cualquier otro progenitor: «Disfrutar, aprender y ayudar al equipo como puedas y poco más». «Al final -reconocía-, jugamos para disfrutar y para pasárnoslo bien».
Y antes de salir a la pista, como cualquier otro deportista, Juan Urdangarin revelaba sus rutinas: «Yo creo que cada jugador tiene las suyas de antes de un partido, pero yo prefiero focalizarme en el partido y centrarme. Yo tengo mis manías, pero no te sabría decir cuáles», apuntó.